La fiscal de la nación del Perú, Patricia Benavides, fue acusada esta semana de formar parte de una red de corrupción instalada en las más altas esferas del Ministerio Público. Este lunes, el Equipo Especial de Fiscales contra la Corrupción en el Poder (Eficcop) y la DIVIAC de la Policía Nacional, intervino la sede de la institución y detuvo Jaime Villanueva Barreto, principal asesor y mano derecha de Benavides. Además, una vivienda de su propiedad fue allanada así como su oficina en Fiscalía y dos vehículos a su nombre.
De acuerdo a las investigaciones del equipo, la red estaría encabezada por la propia fiscal Benavides, quien tenía gran influencia en las decisiones de algunos congresistas. Otros dos asesores de la fiscal, los colegiados Alberto Hurtado Espinoza, Miguel Ángel Girao Isidro, también se encuentran acusados por la investigación de participar en las maniobras. Entre otras, haber pactado con varios legisladores en asuntos como la designación del Defensor del Pueblo, Josué Gutiérrez y la destitución de la anterior fiscal de la Nación, Zoraida Ávalos. Según la investigación del Eficcop, Benavides archivó una pesquisa contra más de 30 parlamentarios “con la finalidad de influir ilícitamente” para a que voten a favor la inhabilitación de la ex fiscal de la Nación, Zoraida Avalos.
Reacción. La fiscal se defendió de las acusaciones catalogando la investigación de “ataque premeditado” a su persona e “intento torpe” de los “poderosos que no quieren ser investigados”. El mismo lunes, la fiscal la emprendió contra la presidenta Dina Boluarte y el primer ministro Luis Alberto Otárola, a quienes les plantó una denuncia constitucional ante el Congreso de la República por cuatro muertes ocurridas durante las manifestaciones de 2022 y 2023. En la misma denuncia también se encuentran señalados los 3 ministros del interior que ocuparon el cargo durante las protestas.
Este cruce de ataques no es tan sencillo de comprender para quienes no estamos inmersos en la realidad política del Perú. Por eso, consultamos al amigo José Beteta, de la Asociación de Contrinbuyentes del Perú, para que nos aclare el panorama.
“En el trasfondo de todas las crisis que han habido en el Perú en los últimos años, siempre hubo una polarización ideológica entre dos bandos. El bando un poco más liberal, un poco más conservador, en el que están los fujimoristas; y el bando más progresista, más anti fujimorista. Cada vez que ha habido una crisis, estos bandos se han enfrentado. Pero no solo se pelean en las crisis, sino que acumulan investigaciones entre ellos, encuentran escándalos de sus operadores y los van guardando para usarlos en el momento adecuado. La fiscal Benavides ha sido una operadora que se ha plegado hacia la derecha y ha tenido a raya a muchos políticos y operadores de izquierda. Antes que ella llegara, la Fiscalía era famosa por compartir de manera ilegal, con medios y ONGs de izquierda, información que era usada en contra de los liberales. Benavides lo que hizo fue poner un poco de balance para que la derecha volviera a tener un poco más de fuerza en el sistema de Justicia. Eso llevó a que la izquierda, cada vez que podía, la atacara”.
Pero José aclara que “la Fiscal no es un ángel, no es alguien diferente a los políticos y funcionarios de siempre. No, es más de lo mismo. Y la gente que la rodea es de la misma calaña de casi todos los políticos del Perú. Pero en este caso, la han denunciado por hacer lobby, lo cual se hace en todos los países del mundo. Fue denunciada por algo que es simplemente un elemento político más en cualquier país desarrollado”.
“Pero aquí viene lo más interesante de la historia. Aunque todo parezca tan crítico: denuncian a la fiscal, la fiscal denuncia a la Presidente, etc., nadie se quiere ir del poder y nadie, en el espacio más sensato empresarial, académico, quieren que nadie se vaya del poder. Entonces lo que probablemente ocurra es que esto se dilate y las fuerzas se neteen, que todo resulte en suma cero. Porque los congresistas no quieren dejar el Congreso, Dina Boluarte no quiere dejar la presidencia, la fiscal no quiere dejar la Fiscalía y el sistema de justicia está tan venido a menos y muchos fiscales y jueces tienen entramados y chicharrones que no quieren que sean descubiertos”. |
|